Relato "Qué lleva una mujer en su bolso", de Lucía Prieto Fariñas

Las temporadas siempre cambian, y los gustos siempre son diversos. Hay mujeres que prefieren utilizar bolsos pequeños, más ligeros y fáciles de transportar. Yo personalmente opto por bolsos grandes donde poder meter las consecuencias de las decisiones que he tomado y que ya no me caben por dentro. Para poder guardar todas las excusas que he escuchado sobre cómo podría haber sido el diseño estrella de la temporada sino hubiese sido confeccionada para ser un accesorio.


Según los expertos, para esta primavera se seguirán llevando los diseños con muchos abalorios, que nos distraigan con su tintineante resplandor de la constante tendencia de ponerles cremalleras a las bandoleras, a las luchadoras y a las que no se dejan llevar por el que dirán las revistas de influencia. Lo que también permanecerán serán los precios de los maletines de ejecutiva, porque por muy brillantes y rígidos que sean nunca alcanzarán el estándar de sus semejantes compañeros, aunque alguno prefiera el ejemplo de la mochila y se cuelgue a tu chepa esperando a que recorras el camino sosteniendo el peso de ambos.


Sea el modelo de mujer que sea, hay ciertos imprescindibles que no pueden faltar en su bolso. El primero debe ser un manual de respuestas predeterminadas para las recurrentes preguntas que se te plantearán en cualquier situación social acerca de dónde has comprado esos zapatos, qué mascarilla para el pelo usas, cuándo vas a asentar la cabeza, no crees que es muy egoísta no querer tener hijos, o cuáles crees que son las mejores cremas hidratantes, porque el cuero siempre es tendencia siempre y cuando esté bien liso. Otro artículo que siempre deberás llevar contigo son unos zapatos cómodos por si te toca huir del que te viene siguiendo, pero eso sí, que la textura y los colores te conjunten con el resto de accesorios para no aparecer en las noticias vestida de cualquier manera. Existen también ciertos indicios de que en primavera se verán las cintas métricas con las que compararán los centímetros de piel que se te ven con el grado de respeto que mereces, no te quedes sin la tuya que vuelan.


Después de estas sugerencias, cada mujer decide cómo llenar el resto del espacio en su bolso como quiera. Están las que deciden cargar con el peso de ser la única en su carrera de ciencias, las que eligen llenarlo con una maternidad en solitario, las que añaden chapas con mensajes revolucionarios y las que prefieren un diseño más tradicional, pero no por ello anticuado. Como último consejo para estar a la última es que todas merecen existir y tener su propio espacio, porque lo verdaderamente necesario para estar a la moda es que los bolsos dejen de llevar correas. 

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