Entrevista a Melissa Alvarado
1. Bienvenida, Melissa. ¿Cómo te encuentras actualmente?
Gracias, Malena. Pues estoy feliz y viva. Eso no es poco. Me levanto con el cuerpo lleno de sueños y con mucha claridad. Estoy escribiendo bastante y lo hago para sostenerme. Para no olvidar.
2. Eres escritora y coeditora de la revista Rhizomag. ¿Qué podemos encontrar en ella?
Escrituras que respiran, que sangran, que brotan. Todo lo que publicamos ha pasado por el cuerpo. Buscamos obras que estén vivas, que se atrevan a dudar, a tambalearse. Somos una herida abierta que no pide ser cerrada.
3. ¿Cuándo surge la idea de crear esta revista?
Durante una sesión de escritura con la talentosa escritora Karlié Rodríguez. Buscábamos un lugar donde el arte no tuviera que explicarse, donde el duelo no tuviera que justificarse.
Rhizomag surgió entre cenizas, tras pérdidas, huidas, renacimientos. En ese momento en que todo parece terminar, creemos que la escritura nos puede ayudar a volver a empezar.
Escribir no es escapar del mundo: es rehacerlo. Desde ahí nace este proyecto—es una invitación a habitar el temblor de la vida sin miedo.
4. ¿Qué significa para ti escribir?
Es una manera de no desaparecer. Escribir es una forma de observar el mundo, pero también una forma de consuelo. Me permite dejar constancia. Respirar distinto.
Para mí, escribir ha sido cuerpo y testimonio. Una manera de imaginar futuros que aún no existen, o de recordar a quienes ya no están. Escribir me ha permitido sobrevivir y, a ratos, vivir con más lucidez. La escritura ha sido, muchas veces, mi forma de volver a mí. Hoy la abrazo no como una obligación, sino como un acto de libertad.
5. ¿Qué es lo que más te ha gustado escribir?
Un poema que aún no publico. Mi novela que aún no acabo. Todo lo que está en proceso, todo lo que no busca agradar. Escribir es un ejercicio de entrega. Lo que más me ha gustado escribir es lo que más me ha dolido escribir. Es ahí donde siento que estoy diciendo algo verdadero, aunque no siempre sea cómodo. Y quizás eso sea lo más bello: la posibilidad de seguir escribiendo aunque duela.

6. ¿Cómo ves el panorama de la escritura en el mundo actual?
Veo una apertura. Un desorden fértil. Es cierto que la velocidad con la que se publica puede hacer que muchas voces se pierdan en el ruido, pero también es cierto que nunca habíamos tenido tantas herramientas para decir lo que de otro modo se habría silenciado.
Lo que antes quedaba en diarios o cuadernos hoy encuentra comunidad. Hay una energía viva, urgente. La escritura sigue siendo una forma de tender la mano en medio del caos. Y eso, para mí, es esperanzador.
7. ¿Sigues alguna rutina a la hora de escribir?
Primero leo en silencio. Después escribo con música. Me encanta Daniela Santos, una pianista puertorriqueña. También bandas como Vetusta Morla, Cigarettes After Sex, Infinity Song, Habichuelas y The Sundays. Siempre The Sundays. Luego reescribo hasta que se borre mi ego. Me demoro, pero porque quiero decir algo que valga el aliento. Me interesa el ritmo de las frases, las imágenes que resuenan, el tono que se queda flotando después de la última línea. A veces tardo días en encontrar la primera oración. Pero cuando llega, todo lo demás empieza a caer en su sitio. Usualmente no escribo desde la prisa, sino desde el deseo de que cada palabra justifique su lugar.
8. ¿En qué te inspiras a la hora de escribir?
En lo que no se puede nombrar. En lo que se pierde. En mi abuela muerta. En mi madre viva. En los sueños donde hablo con los que ya no están. En el intersticio del Caribe, que es también un modo de sentir y vivir para mí. Me inspiran los límites, las historias que casi no se cuentan. Me inspira lo frágil. Lo que se rompe. Lo que insiste. Hay días en que me inspira la rabia, o el deseo de cuidar. A veces escribo para imaginar una vida más habitable.
9. ¿Quién es Melissa Alvarado Sierra?
Un cuerpo con memoria. Soy isla. Una mujer que ha elegido no callarse, aunque le tiemble todo al escribir. Alguien que aprendió que el silencio impuesto no es paz. Que la belleza no siempre es orden. Que el amor y la escritura pueden salvar, aunque no lo prometan. Soy muchas cosas, pero, sobre todo, soy alguien que sigue buscando —con palabras, con cuidado, con el mar cerca.
10. ¿Con qué tres palabras te definirías?
Divergencia. Peregrinaje. Regreso.
11. ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Rescatar recetas olvidadas. Escuchar a la naturaleza. Leer libros sobre time travel. Cuidar a los que amo como si no hubiera un mañana. Porque a veces no lo hay. También disfruto caminar sin destino, escribir cartas que no envío, observar cómo la luz cambia sobre una pared. Me gusta lo simple. Lo que no exige nada salvo presencia.
12. ¿Algún plan personal y/o profesional que nos puedas adelantar?
Estoy terminando mi primer poemario. Es un libro que recoge años de tránsito entre islas, entre duelos, entre lenguas. Ha crecido conmigo, a veces en contra mía. Escribirlo me ha enseñado que no siempre hay que tener claridad para escribir, pero sí una necesidad genuina. También estoy trabajando en mi primera novela, que va tomando forma poco a poco. Ambas cosas —poesía y narrativa— me están exigiendo algo distinto, y eso me entusiasma.
13. Este espacio es para ti…
A quienes escriben: no se apresuren. A quienes leen: no busquen respuestas fáciles. A quienes viven en los bordes: quédense ahí un rato, puede que encuentren algo valioso. La escritura, como la vida, no tiene por qué ser erudita para ser verdadera. A veces lo más sencillo es lo más bello. Escriban con el cuerpo. Y si tiemblan, es porque importa.
Malena Ramos- @malenaramoss / 13 de Abril de 2025