Enamórate con Pablo

Poesías, reflexiones y demás, llenas de sensibilidad y humor

Y no es el sobrante amor que te proceso si no el amor que me omites cuando es tu turno, en un juego en el que solo tu pones las reglas, en el que solo tu tiras los dados, en el que avanzas gracias a mi empuje y en el que empujas para que yo no avance, y lo peor es que me dejas al sol marchitando con el agua como sarcasmo, con el agua que necesito y que me haces mendigar como pensión de ti, para que viva anclado a tu cuerpo donde las llaves son solamente tuyas y yo solo me resigno a la utopica idea de que sólo hay una cerradura que quieres mantener cerada...la mia...convirtiéndome en un nomada de recuerdos efimeros, en un mundo donde solo hay un camino y que llevan a un charco evaporado para calmar mi sed de ti, mientras te regocijas en el jugo de mis memorias arrebatandome el ultimo aliento que tu misma contaminaste.


Dime el porque de tu armadura, dime el porque de mi espada de madera, pero no acabes conmigo cuando sabes que languidezco por ti en una batalla donde el vencedor hace ya tiempo que fue asignado


Intempestiva y recurrente agonia donde solo pedía algo de luz y tu te encargaste de hacer saltar los plomos, donde solo pedia una sonrisa en la que yo fuera el culpable y me hiciste sentir culpable por no avivar la tuya, donde solo promocionaste tus necesidades como insignia, de un amor que creias que solo tu necesitabas, de un dolor que creias que solo necesitaba yo.


Incesante calma en tu abrigo

Indecentes pensamientos cuando te despojo de él.

Incansable la pasión en los rios que desembocan en tu sexo.

Incautada la idea de la distancia de nuestros labios.

Incendiaria la cercanía de tus dedos sobre mí.

Insistentes mis dedos en la seda de tu piel.

Innecesarias las palabras.

Inalienables las miradas.

Incierta la duración de estas gotas de sudor en la habitación de nuestro fuego.

Incómodos tus senos bajo mi pecho.

Incesantes arremetidas para alojarme dentro de ti.

Inagotables las ganas.

Inarmónica mi respiración acompasada con la tuya.

Insólito el baile que promocionamos bajo las sábanas al ritmo de la orquesta de muelles, maderas combadas y jirones de telas que venían sin atrasos, ni faltas.

Insano y recurrente sueño.

Inalcanzable tú.

Inexistente yo...


Fuiste la velocidad de mi latido,

el olor a café de mis mañanas, 

el paisaje de esa pequeña ventana 

donde me asomaba para perderme encontrándote, 

fuiste como el último sorbo de vida, 

para terminar conviertiéndote 

en un muro donde yo me dirigía en linea recta

olvidando que mi pasión,

nunca me dejó correr despacio.



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